SURGENCIA DE COVALAGUA.¡MARAVILLA PARA LOS SENTIDOS!
Aprovechando que vamos a visitar la cueva de los Franceses podemos parar en el aparcamiento que hay a 2 Km de Revilla de Pomar en la carretera que sube a la cueva.
Desde aquí cogemos una pista que nos lleva a la surgencia de Covalagua entre robles, hayas e incluso algún tejo. El sendero es ideal para ir con niños, apenas de 1 Km y con árboles centenarios en algún caso como compañeros. Existe una alternativa más larga, el SL-P2, que sale de Revilla de Pomar de 2,5 Km.
Pasamos por un refugio y algunas mesas para comer a la sombra cuando empezamos a oir el sonido del agua que brota en la cercanía. De repente nos encontramos con el agua brotando en pequeñas cascadas, nos recuerda en otra escala al Tobazo, precisamente por la Toba y el agua.
El arroyo nace de las aguas acumuladas en los huecos y cavidades que tiene la roca caliza que constituye la plataforma superior de la Lora de Valdivia. Estas rocas leemos en algunos de los paneles interpretativos que tenemos en el entorno, han sufrido distintos procesos carsticos que han agrandado las fracturas existentes en ellas, formando galerías y cuevas.
Un ejemplo de ello lo tenemos en la cercana Cueva de los Franceses. Esta filtración provoca que cuando esta gran cantidad de agua encuentra una salida al exterior se forma una surgencia cárstica. Es decir que lo que tenemos ante nuestros ojos es el agua recogido y acumulado en el complejo cárstico de la cueva de los Franceses que surge por Covalagua. Algunos paneles interpretativos nos ayudan a comprender un poco mejor el fascinante entorno.
Miramos hacía arriba y entendemos donde estamos, arriba en lo alto vemos el Páramo y aquí delante nuestro observamos anodadados la toba en diferentes terrazas que se nos muestra.
La toba recordamos del Tobazo es un tipo de roca caliza. El carbonato cálcico que lleva disuelto el agua junto con gran cantidad de restos vegetales ( musgo, hojas, ramas) hacen de la toba una roca a la vez resistente y ligera. Desde muy antiguo ha sido utilizada para la construcción.
Las formas que observamos ante nuestros ojos junto al brotar del agua nos dejan clavados un buen rato. El entorno esta cuidado con pasarelas de madera que acompañan bien el medio, el gran protagonista sigue siendo el agua.
Metemos los tobillos en el agua y al momento activación circulatoria. Aguantamos un rato con ellos dentro, el agua es limpia y pura. Nos revitalizamos, las peques siguen jugando por el entorno y la naturaleza nos vuelve a demostrar que no hay mejor juguete para ellos. Agua, sol, árboles, cascadas, ramas... nos quedamos un buen rato cada uno sintiendo y disfrutando sus cosas.
Hay sombras, lo cúal, en una zona calurosa como esta es de agradecer. Hechamos un buen rato antes de volver a coger la mochila no sin antes volver a mirar las formas y terrazas que tenemos ante nuestros ojos. El sonido del agua nos acompaña en la cabeza hasta que transcurre un buen rato.
Precioso sendero, muy cortito y muy recomendable para cualquier visitante del sur de Cantabria. En la zona tenemos otros recursos interesantes como el Mirador de Valcabado, un recorrido autoguiado denominado " La memoría del Páramo" pero eso ya los veremos otro día.
La naturaleza nos ha vuelto a mostrar un entorno y un paraje que bien han merecido una tarde, encima en días calurosos de verano el sitio tiene un potencial enorme con agua y sombras.¡Un lujo!
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