Desde tiempos muy antiguos, el río Ebro ha sido el eje de la transmisión cultural que venía del mediterráneo. Muchos de los avances e innovaciones culturales se fueron abriendo paso a traves de los caminos del río Ebro. Hoy me gustaría presentar una novedad en turismo que se esta desarrollando en las orillas del Ebro en Cataluña, justo en el otro extremo del río que comienza en nuestro territorio.
Como ya sabemos por la historia y el centro de interpretación de río Ebro en Fontibre, el Ebro siempre ha sido navegable y hasta los años 50 se recorría en Llagut en la zona catalana. Servía entre otras cosas para el comercio de cereales y de vino. Con la mejora de la red de carreteras, perdió protagonismo como medio de transporte. La Agencia Catalana de Turismo lo ha recuperado con la Gran Ruta del Ebro, un trayecto de Tortosa a Miravet de casi 40 km. Sin prisas, a siete nudos de velocidad y entre bosques, castillos románicos, islas...
Su filosofía es volver a las raices para diferenciarse de las demás ofertas de turismo. El laúd esta construido de madera en el interior, a la antigua usanza y de fibra con aspecto de madera en el casco. Con capacidad para 50 plazas, el viajero puede escoger donde y cuando bajarse. Lo bueno es que el trayecto enlaza con vias verdes, rutas de senderismo, alquiler de bicicletas o piraguas, restaurantes de lujo... Incluso en las dos embarcaciones se organizan talleres de ceramica e incluso cenas nocturnas. Podéis hechar un vistazo en www.llagutsdelebre.com
Todo esto me lleva al Pantano del Ebro en nuestro territorio y como intentar desarrollar una iniciativa en turismo que combine los barcos, senderos de a pie y bicicleta, piraguas, GR 99... Siempre he pensado que el Embalse del Ebro es un punto estratégico para elaborar una filosofía de oferta basada en el turismo sostenible. Hay que mirar lo de navegar en alguna embarcación de las que transitaban por el Ebro, hay que acondicionar una red de senderos por todo el embalse que permitan recorrer todo su perimetro, hay que disponer de puntos de alquiler de bicicletas y piraguas...
La idea sería enlazar todo los puntos y que se combinasen entre si, que se pudiese pasar jornadas practicando un turismo sostenible, deportivo, de naturaleza, cultural... Un buen parque infantil con buenos juegos para los más pequeños se necesita acondicionar, el turismo familiar anda buscando espacios al aire libre donde pasar jornadas de su ocio. El embalse tiene todos los atractivos, excepto el clima a veces, para ser un punto de referencia en nuestro territorio. Ya ahora mismo el embalse tiene atractivos como las escuelas de windsurf, kitesurf, los centros de interpretación... pero necesita dar un salto de calidad.
El Ebro como durante todos los tiempos, nos ha dado una muestra de que muchas de las corrientes culturales de la época vienen por su orilla. El continuo transito de civilizaciones, gentes y corrientes a lo largo de los siglos han permitido que muchas de las innovaciones culturales y tecnológicas vinieran por sus orillas. Aquí en Fontibre comienza su trayecto el Ebro hasta el Mediterráneo y debemos estar atentos a todas las iniciativas interesantes que se producen en su recorrido para luego transformarlas en un producto local diferente.
Debemos ofrecer múltiples combinaciones a nuestros visitantes y que sintonicen con las nuevas experiencias que los turistas piden. Cultura, familia, grupos de empresa... a ellos debemos llegar y a la vez ser conscientes de que tenemos los recursos naturales y culturales para desarrollar algo interesante y que proporcione buenas experiencias emocionales a nuestros visitantes. Trabajando en red y de manera conjunta debemos crear esos nodos de conexión en el embalse.