LAS SUERTES DE LA LEÑA.¡CULTURA LOCAL!
lunes, octubre 11, 2010 at 8:06AM
Jorge Revuelta in cultura local

 Uno de los elementos presentes en el mundo rural, tanto para los visitantes que vienen a pasar unos días como para los que vivimos en el de forma continua es la leña. Matería prima imprescindible en algunos hogares para dar calor durante los largos inviernos de estas zonas, detrás de su proceso hay toda una cultura local.

Cuando uno viene a una casa rural a pasar unos días, el tener una chimenea de leña es sin lugar a dudas uno de los platos fuertes de una estancia en estos lares. El poder de ensimismación que proporciona una chimenea con fuego es similar al que proporciona quedarse mirando el mar u otros fenomenos de la naturaleza. Poner un tronco en la estufa y sentir el calor es algo que todos coincidimos que es especial.

Para los que vivimos en zonas rurales, el proceso de conseguir la leña es toda una película. Hasta que vine a vivir a estos entornos, mi relación con la leña era la habitual de todos los que nos hemos criado en entornos urbanos. Este es el 5º invierno que voy a pasar por aquí y mi evolución con la recogida y almacenaje de la leña a ido mejorando. Aquí existen lo que se denomina " Las suertes". En el caso concreto del pueblo donde vivo, similar al proceso en otros pueblos, es que te corresponde una cantidad al año de leña que tienes que subir y recoger al monte.

El último sábado de Agosto, los vecinos del pueblo que han pedido suerte, subimos al monte a la zona donde los guardas forestales han cortado la leña que nos tenemos que repartir. Entre todos los vecinos se van numerando unos montones y luego mediante un proceso con una baraja de cartas se hace el sorteo y te toca un número. Es aún un proceso donde las novedades cuestan entrar y como en todo lo rural, los cambios culturales son muy lentos.

Se llama suertes debido a que es díficil calcular los montones y a veces algunos van mejor que otros y esas cosas. A partir del sorteo empieza un curro importante. Sube al monte, corta rebollas, arrastra a la pista, ordenalo, sube un tractor de un vecino y lo bajas, trocealo y metelo en el interior. Todo esto como en todo, depende de los recursos materiales y humanos que tengas, pero es un curro de todas las maneras.

Personalmente las he visto de todos los colores. Desde hacerlo con sierra a mano por no tener motosierra al llegar, bajarlo en el coche el primer año, compra de motosierra y aprendizaje, bajarlo en tractor con la ayuda de un vecino...  Al final es un proceso que te puede llevar un mes del año, metiendo horas o por otro lado quien tenga recursos económicos puede llegar a la conclusión que lo mejor es comprar la leña ya troceada y dejarse de todo esto.

El otro día tenía a mi lado en el monte a una pareja de hermanos de 80 años, con el hacha y haciendo el mismo proceso que he comentado para bajarse la leña. Ellos subsisten sin coche, manejan un huerto enorme y su visión me dejó consciente de que es la última generación que queda con estas características. ¡Alucinante como curran y se defienden en el medio!

El calor que proporciona una chimenea no tiene punto de comparación con el de una calefacción, el punto de hogar y calidez que proporciona compensa todo este proceso. Sentarse una tarde de invierno ante un fuego, es sin lugar a dudas, uno de los mayores placeres que proporciona el mundo rural. Lo mismo siente un visitante que viene a pasar unos días a una casa rural y después de una jornada practicando senderismo, llega a la casa y enciende la estufa de leña y se queda horas mirando el fuego y disfrutando.¡Un lujazo!

ADJUNTO GALERÍA DE FOTOS DE LA LEÑA.

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